Cómo estimular la motricidad fina en tu bebé de 12 a 24 meses

Cada bebé tiene su propio ritmo de desarrollo, así que lo más importante es ser paciente y ofrecerle oportunidades de juego seguras para practicar sus habilidades motoras finas.

Tu chiquito ya es un explorador que empieza a descubrir el mundo con sus propias manitos. Esos gestos, aparentemente tan simples, son parte del desarrollo de la motricidad fina, una habilidad clave para su independencia y futuro. Es lo que le permite agarrar un juguete, comer solo o, en unos años, ¡atarse los cordones!

¿Qué es la motricidad fina y cómo se diferencia de la motricidad gruesa?

La motricidad fina es la habilidad de tu bebé para tomar y mover objetos pequeños con precisión, usando los músculos de las manos y los dedos en coordinación con sus ojos.

A diferencia de la motricidad gruesa —que se ocupa de la coordinación de músculos más grandes para actividades como caminar, gatear o sostener la cabeza— la motricidad fina se enfoca en el control preciso de los músculos pequeños, huesos y nervios.

Tu bebé sentirá curiosidad por objetos diminutos a partir de los 8 o 9 meses, cuando empiece a usar la "pinza digital" (con el pulgar y el índice). A medida que crecen, esta habilidad es la que los lleva a manipular migajas, botones o cuentas. Con la motricidad fina, tu hijo no solo gana destreza, sino que también desarrolla la creatividad a través de actividades manuales que implican un poco de detalle.

¡Juguemos juntos! Actividades para estimular la motricidad fina

El juego es la mejor herramienta de aprendizaje. Te proponemos ideas simples y divertidas para fortalecer la motricidad fina de tu bebé sin la necesidad de comprar juguetes carísimos.

Actividades con los dedos y las manos

• Esculturas con plastilina: A los peques les encanta jugar con plastilina. Además de ser un material económico y fácil de encontrar, es excelente para desarrollar la fuerza de sus deditos y manos. Amasar, estirar y dar forma son ejercicios perfectos.
• Fútbol con los dedos: En una mesa, poné una bolita de papel y enseñale a lanzarla con los dedos. Podés armar un arco con objetos de la casa y para que “meta un gol”. Este juego estimula la coordinación y precisión del uso de sus deditos, además de mejorar su concentración.
• Pintar y colorear: Sentate con tu pequeño a pintar o colorear dibujos. Aunque sus trazos sean burdos, estas actividades lo ayudan a controlar mejor la presión y el movimiento, habilidades clave para cuando aprenda a escribir.

La motricidad fina también se aprende comiendo

La hora de la comida es una buena oportunidad para estimular la motricidad fina. Aquí tenés algunas ideas y recomendaciones:

• Snacks que se toman con los dedos: Cortá los alimentos en pedacitos que tu bebé pueda agarrar fácilmente. Esto le ayuda a practicar la "pinza" y a coordinar el movimiento de la mano a la boca.
• Dejá que tu bebé experimente con la comida. Texturas que pueda tomar con facilidad y que no se deshagan en sus dedos como pasta cocida o pedacitos de pan son perfectos para que practique.

Cada chico tiene su propio ritmo de crecimiento, así que lo más importante es ser paciente. La práctica hace al maestro, por lo que mientras más actividades manuales realice, mayor será su precisión visomotora. No hay nadie que conozca mejor a tu bebé que vos, así que no dudes en adaptar estos juegos o crear otros que se ajusten a sus necesidades. Disfrutá de cada logro, por pequeño que sea, ¡porque eso es crecer!