Tazón con cereal infantil fortificado.

Beneficios de los cereales infantiles para el desarrollo de tu bebé

6 a 8 meses
Artículo
5 min

Los cereales infantiles son una fuente de nutrientes esenciales y energía para tu bebé. Descubrí los beneficios del hierro y las vitaminas para su desarrollo, además de consejos prácticos para prepararlos.

Los cereales infantiles fortificados son fuente de energía, hierro, vitaminas y carbohidratos. Se recomiendan a partir de los seis meses para apoyar el desarrollo del bebé y el descubrimiento de nuevos sabores.

¿Qué vas a encontrar aquí?

El comienzo de la alimentación complementaria es un momento muy especial. Es la etapa en la que tu bebé empieza a descubrir nuevos sabores y texturas. En este viaje, los cereales infantiles son mucho más que un simple alimento: son una fuente clave de energía y nutrientes esenciales que apoyan el increíble desarrollo de tu pequeño.

En este artículo, vas a encontrar los beneficios de los cereales y cómo incorporarlos en la alimentación de tu bebé.

Los cereales infantiles son fuente de energía y nutrientes

Para crecer y descubrir el mundo, los bebés necesitan una nutrición adecuada. Los cereales infantiles fortificados son una fuente increíble de nutrientes, diseñados para las "pequeñas barrigas" que no pueden contener mucho alimento a la vez.

En una pequeña porción, tu bebé obtiene una nutrición grandiosa que apoya su desarrollo. Estos son algunos de los nutrientes clave que aportan:

  • Carbohidratos: Son la principal fuente de energía para el día a día de tu bebé, el combustible que necesita para jugar y explorar.
  • Hierro: A partir de los seis meses, las reservas de hierro del bebé disminuyen. Este mineral es vital para prevenir la anemia, asegurar el transporte de oxígeno en su cuerpo y fomentar su desarrollo cognitivo.
  • Vitaminas y minerales: Ofrecen una mezcla de nutrientes esenciales como Vitamina C, A, E, vitaminas B, zinc y calcio. Estos micronutrientes son cruciales para el desarrollo de su sistema de defensa y para su crecimiento general.

Además, los cereales infantiles son fáciles de digerir y su textura se puede adaptar a su progreso. Algunas opciones, como las de NESTUM®️, incluso incluyen prebióticos y probióticos que benefician la salud digestiva y fortalecen la flora intestinal de tu bebé.

¿Cuándo y cómo introducir los cereales fortificados?

Introducir los cereales infantiles en el momento adecuado es clave para el desarrollo de los bebés. Es el primer paso en su despertar sensorial. La Academia Americana de Pediatría recomienda empezar con los cereales alrededor de los seis meses, cuando el sistema digestivo del bebé está más preparado para procesar nuevos alimentos.

Acá te damos algunos puntos a tener en cuenta:

  • Empezá con cereales de un solo grano y sin gluten, como el arroz o la avena. Esto te ayudará a identificar cualquier posible reacción como salpullido, diarrea o vómito. Conforme tu bebé se adapte, podés introducir otras variedades y sabores.
  • Comenzá con una consistencia diluida. Conforme tu bebé se acostumbre, ve espesando la mezcla. Esto apoya el desarrollo de sus habilidades para tragar y a familiarizarse con nuevas texturas.
  • Empezá con porciones pequeñas: Al principio, la porción de cereal debe ser muy pequeña e ir aumentando a medida que tu bebé crezca y sus necesidades cambien. Seguí las recomendaciones de tu pediatra para asegurarte de que le estás dando la cantidad adecuada.
  • Aprovechá la "ventana de oportunidad". Introducir cereales con gluten entre los seis y siete meses de edad puede ayudar a reducir el riesgo de desarrollar enfermedad celíaca. Esto debe realizarse siempre bajo la supervisión y las recomendaciones de tu pediatra.
  • Ofrecé variedad de sabores y texturas: A medida que tu bebé progresa con los alimentos sólidos, es importante ofrecerle una variedad de sabores y texturas para ayudarle a desarrollar su paladar.  
  • Nunca le des a tu bebé cereal preparado en un biberón. Usá solo una cuchara para bebés.
  • Evitá los azúcares añadidos: Para que tu bebé desarrolle hábitos alimentarios saludables desde el inicio, es recomendable elegir cereales sin azúcares añadidos. Esto previene que se acostumbre a sabores muy dulces y ayuda a evitar problemas de salud futuros como la obesidad.
  • Prepara solo lo necesario: Para evitar la proliferación de bacterias, prepara únicamente la cantidad de cereal que tu bebé vaya a comer en el momento. Una vez que la papilla ha estado en contacto con la saliva, no es seguro guardarla.

Recordá, cada bebé es único. Si al principio no parece interesado, ¡no te desanimes! Intentá de nuevo en unos días o con otro sabor. Lo importante es que sea una experiencia positiva y sin presiones.

¡Podés mezclar los cereales con leche materna!

Si buscás una forma de enriquecer la nutrición de tu bebé, combinar leche materna con cereales infantiles es una excelente opción. Esta mezcla crea una comida más sustanciosa y equilibrada que puede ayudar a tu pequeño a sentirse lleno y feliz por más tiempo. Además, es un paso fantástico para introducirle a nuevos sabores y texturas, sentando las bases para buenos hábitos alimenticios.

¿Cómo prepararlos?

Es fácil y rápido. Seguí estos sencillos consejos para crear la papilla perfecta con NESTUM®️:

  • Guardá la leche de forma segura: Almacená la leche materna en envases esterilizados y con tapa en el refrigerador. ¡Podés rotularlo con la fecha! Preferiblemente, usá el contenido en las primeras 48 horas y no vuelvas a refrigerar la leche que sobró para no favorecer la contaminación por cambios de temperatura.
  • Asegurá la temperatura: Para calentar la leche materna refrigerada, colocala en un recipiente con agua tibia o bajo el grifo de agua caliente. Nunca la calientes en el microondas.
  • Proporción recomendada: Mezclá 7 medidas de cereal con 160 ml (5 oz) de leche materna a temperatura ambiente. Si la cantidad de leche que extraés es menor, podés usar 1 1/3 medidas de cereal por cada onza de leche.
  • Prepará solo lo que necesites: Si tu bebé no termina la porción, no lo fuerces. Usá esa experiencia como guía para preparar menos cantidad la próxima vez, ya que no es seguro guardar la mezcla una vez que ha estado en contacto con la saliva.

Recordá siempre elegir cereales apropiados para la edad de tu bebé y fortificados con nutrientes clave como el hierro. Podés comenzar con cereales de arroz fortificados y luego pasar a otros como avena, cebada y trigo. Y, como siempre, consulta con tu pediatra si tienes dudas sobre la alimentación de tu pequeño.

La alimentación de tu bebé es un proceso lleno de descubrimientos, tanto para él como para vos. Habrá días en los que tu bebé pruebe de todo, y otros en los que prefiera sus alimentos de siempre. ¡Y eso está bien! Disfrutá de cada nueva reacción, de cada sabor que prueba y de cada pequeño avance.

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