Bebé en silla alta, una mano adulta le alimenta papilla con una cuchara para bebés.

¿Tu bebé está listo para los alimentos sólidos?

8 a 12 meses
Artículo
7 min

La transición a los alimentos sólidos es un hito emocionante. Conoce las señales de tu bebé para empezar con la alimentación complementaria y encuentra consejos prácticos para que tu bebé reciba una nutrición completa.

Cada bebé es único y puede tener sus propias preferencias y necesidades. Introduce los alimentos gradualmente y presta atención a las reacciones alérgicas o intolerancias alimentarias. Siempre consulta con el pediatra antes de introducir nuevos alimentos en la dieta de tu bebé.

¿Qué vas a encontrar aquí?

¡El momento ha llegado! Ese pequeño que solo conocía la leche materna está a punto de descubrir un mundo de sabores y texturas. A partir de los 6 meses, tu bebé necesita una nutrición adicional para seguir creciendo y desarrollándose. Su estómago aún es pequeño, por lo que los alimentos deben ser ricos en vitaminas y minerales, especialmente hierro, ya que el que obtienen de la leche materna comienza a disminuir.

La transición a los alimentos sólidos es un hito emocionante y, sí, un poco desordenado. ¡Pero no te preocupes, estamos aquí para guiarte en esta aventura!

¿Por qué es importante la alimentación complementaria?

Introducir alimentos sólidos en la edad indicada es un paso crucial que le brindará a tu bebé grandes beneficios para su desarrollo y salud a largo plazo. Al ofrecerle una variedad de texturas y sabores en el momento justo, ayudas a fomentar:

  • El desarrollo de habilidades de masticación: El uso de los músculos de la boca y la mandíbula se fortalece, lo que es esencial para el desarrollo del habla.
  • El interés por la comida: La exposición temprana a diferentes sabores y texturas evita que rechace nuevos alimentos más adelante.
  • Un crecimiento óptimo: Obtiene los nutrientes adicionales que necesita para seguir creciendo y desarrollándose, complementando a la leche materna.

Señales de que tu bebé está listo para la alimentación complementaria

Para empezar con los alimentos sólidos, no hay que ver la edad, sino las señales de desarrollo. La Organización Mundial de la Salud recomienda iniciar la alimentación complementaria alrededor de los 6 meses, pero el momento exacto lo marca tu bebé.

Acá te mostramos las señales de que tu pequeño está físicamente preparado para este gran paso:

  • Se sienta sin ayuda: Ha desarrollado el control de la parte superior de su cuerpo, cuello y tronco.
  • Muestra interés por la comida: Voltea la cabeza o abre la boca cuando te ve comer.
  • Voltea la cabeza cuando está satisfecho.
  • Ha perdido el reflejo de extrusión: Ya no empuja la comida con la lengua al colocar una cuchara en sus labios, lo que le permite tomar la comida y tragarla.

Antes de empezar, siempre es una buena idea que hables con tu pediatra acerca de cómo comenzar a darle a tu bebé alimentos sólidos.

Preparándolo para su primera probada

La primera vez que tu bebé pruebe un alimento sólido es una experiencia memorable. Para que sea un momento divertido y relajado para ambos, acá tienes algunos pasos sencillos para prepararlo todo:

  • Tómate tu tiempo: Elegí un momento del día en el que no tengas que apurarte.
  • Amamántalo primero: Dale el pecho o el biberón para que no esté demasiado hambriento ni irritado.
  • Sentalo cómodamente: Asegúrate de que esté erguido en un asiento infantil o en su silla alta, con su cabeza derecha.
  • Usá la cuchara adecuada: Elegí una cuchara pequeña de plástico suave, diseñada para las encías delicadas de los bebés.
  • Permitile explorar: Colocá un poco de puré en la charola para que pueda “dibujar con el dedo” y familiarizarse con la textura, el olor y la temperatura.
  • ¡El primer bocado! Sentate frente a él, acerca la media cucharada de comida a su boca y espera a que la abra para colocarle el bocado.
  • Seguí su ritmo: Alimentá a tu bebé tan despacio o tan rápido como él quiera y permitile que deje de comer cuando se sienta saciado.

Recordá que si el primer bocado vuelve a salir, es un reflejo natural. Si a tu bebé no parece gustarle la experiencia, dejalo por ahora y volvé a intentarlo más tarde. ¡Tu bebé puede necesitar probar hasta ocho veces un alimento para aceptarlo!

Bebé en silla alta, manos de bebé tomando trozos de pepino y huevo, alimentos sólidos

¿Qué puede comer el bebé?

El viaje con los alimentos sólidos es una progresión natural en la que tu bebé avanza a su propio ritmo, descubriendo un mundo de sabores y texturas.

En esta etapa, la consistencia ideal es la de un puré suave o una papilla diluida. Es crucial introducir un solo alimento nuevo a la vez y esperar al menos tres días antes de ofrecer otro. Esto te permite identificar cualquier posible sensibilidad o reacción, como sarpullido, diarrea o vómito. Es importante que estos alimentos no contengan sal ni azúcar añadida.

Ideas de menú

Este ejemplo de un día de alimentación, creado por nutriólogos calificados, te da una idea de cómo satisfacer los objetivos nutricionales de tu bebé. Recordá, cada bebé es diferente, así que siempre obedecé sus señales de hambre y saciedad.

  • Alimentación por la mañana: Leche materna.
  • Desayuno: 2 cucharadas de fruta en puré (como pera o durazno) y 2 cucharadas de cereal infantil fortificado con hierro, mezclado con leche materna.
  • Tentempié a media mañana: Leche materna.
  • Almuerzo: ¼ de taza de verduras en puré (zanahorias) y 4 cucharadas de carne en puré, acompañado de leche materna.
  • Tentempié de la tarde: Leche materna.
  • Cena: 2 cucharadas de cereal fortificado con hierro, mezclado con leche materna y 2 cucharadas de fruta en puré, acompañado de leche materna.
  • Alimentación por la noche: Leche materna.

Alimentos que tenés que dejar para después

Mientras tu bebé explora el mundo de la comida, es importante saber qué alimentos no son adecuados para él. Evitá darle antes del primer año:

  • Azúcar y sal añadidos: No son necesarios para su desarrollo y pueden crear malos hábitos alimenticios desde temprana edad.
  • Bebidas azucaradas: Jugos, refrescos y otras bebidas con azúcares añadidas no aportan los nutrientes que necesita.
  • Leche de vaca: No es una bebida adecuada para bebés menores de 1 año.
  • Miel de abeja*: Puede contener la bacteria que causa el botulismo infantil. No debe introducirse antes de los 12 meses.

Alimentos que presentan riesgo de asfixia

Hay alimentos que pueden representar un riesgo de asfixia, así que evitalos hasta que cumpla por lo menos cuatro años de edad o más:

  • Pasas y uvas enteras.
  • Pochoclos, frutos secos y semillas.
  • Salchichas, trozos de carne o pollo.
  • Cucharadas de mantequilla de maní.
  • Frutas y verduras duras, crudas o voluminosas.
  • Caramelos duros o chiclosos.

Consejos para la alimentación complementaria

La introducción de los alimentos sólidos es una etapa de aprendizaje para los dos. Para que sea una experiencia positiva y sin estrés, tené en cuenta estos consejos clave:

  • Introducción gradual: Comenzá con un solo alimento nuevo y esperá de 3 a 5 días antes de introducir otro.
  • Primeros alimentos: Empezá con papillas de cereales infantiles y purés de frutas como pera, manzana, banana o durazno. También vegetales de fácil digestión.
  • Progresión de texturas y sabores: Aumentá gradualmente el tamaño y la consistencia de las comidas.
  • La variedad es clave: Enfocate en lácteos, granos, proteínas, frutas y verduras.
  • Establecé horarios de comidas: Esto le ayuda a tu bebé a crear hábitos saludables.
  • Incrementá gradualmente la cantidad de comida: Empezá una vez al día y aumentá a 2 o 3 veces hacia los 8 meses.
  • Creá un ambiente relajado: Sillita de comer sin distracciones.
  • Hacé que sea parte de las comidas familiares: Sentalo en la mesa y dejalo observar.
  • Sin azúcar ni sal: No agregués a sus comidas.

Con los alimentos sólidos, no solo le das a tu bebé una nutrición más completa, sino que le abrís un mundo de nuevas texturas y sabores. Siempre consultá con tu pediatra para una dieta adecuada al peso y talla de tu bebé.

AVISO IMPORTANTE

La miel desempeña un papel crucial en el desarrollo del gusto, sobre todo en los primeros años de vida, ya que introduce a los lactantes en una gama diversa de sabores y ayuda a formar su paladar.

Sin embargo, la miel puede contener la bacteria causante del botulismo infantil. En consecuencia, la miel no debe introducirse antes de los 12 meses de edad, a menos que las esporas de Clostridium botulinum hayan sido inactivadas mediante un tratamiento adecuado de alta presión y alta temperatura, como el utilizado por la industria.

Siempre que se utiliza miel en nuestros productos, se somete a un tratamiento validado externamente que garantiza que nuestros productos son seguros para el consumo.

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